domingo, 7 de diciembre de 2008

TUS FEROMONAS


Poso mis labios en tu cuello e involuntariamente, me quemo. Me escapo de mi propio cuerpo y me disperso como el viento entre tu aliento, entre tus ojos que se entrecierran y el perfume de tu piel que me completa, que me abstrae del mundo como si fuera fácil disolverme en vos, desarmarme en vos, como si la epidermis floreciera y los nervios volaran cuál abejas.

Se presupone que la dermis está para protegernos de los agentes externos… sin embargo, tus agentes penetran en los poros de mi piel así como el fuego puede penetrar lo impenetrable y, lo impenetrable que queda de mí, de pronto pretende que lo penetres absolutamente todo, deshaciéndome en vos, entre la yema de tus labios y la punta de tus dedos… simplemente, perdiéndome en tu cuerpo.

martes, 25 de noviembre de 2008

PORQUE NO QUEREMOS VER...


Si vieras a través de mí… no me verías. Verías sólo lo que soy cuando no soy, lo único que tengo cuando nada tengo. Quizás, me verías sin disfraz o disfrazada por completo… porque no sé que soy cuando no soy, cuando no soy y soy más yo nunca, cuando me quito la ropa para besarte sin tiempo y te permito ser lo que quieras pero en mí… y me permito ser quien sea pero en vos, con vos, con mi lengua en tu boca y tus dientes enquistados a mis labios y esa sabrosa sensación de que no somos más que lo que somos en ese momento y nada más… como si ése fuera el único minuto sincero, ese en el que yo digo que tanto me gustás y vos decís que también mordiéndome de nuevo… como si fuera fácil volarnos la cabeza sin siquiera darnos cuenta, como si pudiéramos extender las alas y salirnos de nuestro propio cuerpo y volver a sentir, tu sudor, el mío y más besos y seguir acumulando sentimiento.
Y es sólo en ese segundo, ese milimétrico segundo en la línea de este tiempo, cuando sapo y rana redescubren la magia de un principado que no nos permitimos por reparo, por tener la vida controlada, por poder seguir midiendo con regla lo que supuestamente está bien y lo que supuestamente está mal cuando en verdad, desbocados, sólo buscamos magia, la magia que encontramos en cada beso, en cada espasmo sin disfraz, en cada encuentro.
Y automáticamente volver a disfrazarnos, volver a vestirnos y volver a separarnos… para no darnos cuenta, para no vernos ni con lupa ni con manos, para cubrirnos las alas con la vida controlada y volver a ser lo que supuestamente somos cuando no somos lo que somos: nada.

domingo, 23 de noviembre de 2008

TODAVÍA QUIERO LO QUE QUIERAS...


No sé si quiero que seas un sapo más, tan sólo un color más dentro del círculo cromático que termine acercándome al azul suponiendo que el azul, vivo y brillante, algún día llegue a rozarme las alas pegándome un beso en la espalda, la misma espalda que hoy te pertenece, que hoy te regalo con el descaro que me permite el hecho de cubrirme la cara con las manos para no sufrirte, para sentirte no más que el tiempo necesario… necesario para mí y posible para vos. Vos, que hacés y deshacés a tu antojo igual que todos, vos que saltás de lago en lago croando como nene con chiche nuevo. Vos, que me derretís aunque sea lo único que logres, que me medís y me inducís en la insana locura de besarte de nuevo esperando tu magia de rey sin corona, de príncipe verde montado en un caballo completamente negro… igual que yo, que mi alma, que mi espejo… un croar apasionadamente negro.
No sé si quiero que seas el que me parta la cabeza, el que me rompa en pedacitos vidriosos que estallen en mi almohada suponiendo que me vueles el pecho y me beses el alma logrando que implosione sin remedio, sin cura y sin enfermedad que me acongoje. Y acongojarte con mis dedos asesinos, con esa sensación virtuosa de darte y no quitarte nunca, de siempre sí y siempre sí ahora y verte calcular los movimientos como si pudieras descubrir todos mis pensamientos sin siquiera preguntarlos, como si tu disimulo fuera cierto y yo tonta no te viera computarme con el tiempo. Tiempo que pasa, tiempo que no lamento… tiempo que te dejo escurrir con las manos apretadas apretándome el intento, asfixiándome las ganas, re viviendo de a momentos.
Y no sé si quiero que sólo seas una sumatoria de momentos que se sumen a la suma de momentos, a la torre de besos dados, a la guerra de lenguas y mordiscos controlados añadiéndose a tu cuerpo sobre el mío y mi lengua con tu cuerpo y tu cuerpo con mis dedos y mis dedos en tu pecho.
Sólo porque no sé si quiero entregarme por completo y verte como príncipe encantado encantándome en el tiempo mientras yo te beso el alma como si mis besos pudieran hacer magia en el hueco de tus alas, ahora amarradas, simplemente para que las extiendas y vueles conmigo tan lejos como sea posible, tan lejos como nos permita el silencio en el que nos escondemos, en una lejanía tan extremadamente eterna como el cielo al que me llevan tus besos traicioneros que enloquecidos me quitan el aire y me lo devuelven devolviéndome las ganas de quedarme y seguirte sintiendo, sintiendo tu respiración en mi nuca, el peso de tu cuerpo en mi espalda y otra vez, tus besos.
Y es que no sé si quiero acabar en vos y redefinirme con tus ganas mientras vos redibujas el lienzo de mis días sin pedirte casi nada como si pudiera pintar tus hojas en blanco con dibujos de montañas e ilusiones definidas que se trepan a tus ranas, a ese cúmulo de cosas que no importan como si sólo yo importara.
No sé si quiero…

sábado, 22 de noviembre de 2008

NO ESTOY DE HUMOR...


Si voy a confundirme,
no me dejes,
no me permitas encontrar
la desazón.

Si voy a enloquecer,
no me atormentes,
necesito cada día
ver el sol.

Si asfixiada muero,
revivíme.
Si perdida vivo,
no me asfixies
por error.

Si me crecen alas,
no las cortes.
Si volás conmigo
es mejor.

Si sueño de noche,
no te asustes,
que bastante ya
me asusto yo.

Si encuentro
tus manos en mis manos
es porque alimento
tu pasión.

Y si tu pasión
no encuentra límite posible,
no me vayas a venir
con que es amor.

viernes, 21 de noviembre de 2008

PROBEMOS ALGO DISTINTO...


No quiero perder la libertad
ni que me cambies por ella,
no quiero atraparte,
sólo volarte la cabeza.

No quiero perderte
ni áun perdido.
No quiero encontrar
tu corazón.

No quiero sentirme
en el olvido
y no quiero llorarte
a viva voz.

No quiero malgastarte
con el uso.
No quiero enloquecer
si es de dolor.

No quiero mirarte
y encontrarte.
No quiero tu pared
ni tus besos a ración.

No quiero asustarme
con vehemencia.
Ni quiero arrepentirme
por los dos.

No quiero sentir
que lo lamentas.
No quiero vivirte
sin amor.

No quiero soñar
siempre despierta.
No quiero encontrar
mi corazón.

jueves, 13 de noviembre de 2008

LO QUE TU BOCA ME DESPIERTA


Estoy hipnotizada con tus besos… tanto es así que tus labios me pervierten convirtiendo todo en un no sé qué, que qué se yo que me paraliza el alma, que me permite dejarme saborear por tu boca que no para, por tu lengua recorriendo el infinito de mi cuerpo, generando esa electricidad que tanto me fascina y volver a besarte, mostrando cuánto te deseo como si no lo supieras, como si fuera necesario demostrarlo cada vez que te veo. Y seguir sumando, sumando ganas, sumando besos, toques de labios, abrazos de bocas, guerras de lenguas con mordiscos traicioneros… sólo seguir sumando… y besarte el alma, besarte a escondidas, besarte los pies y besarte la risa, besarte con dientes, con alas, besarte sin tiempos, besarte apurada y obligarte a besarme con besos sin despedida, con besos de sentime que acá estoy y besos de me gustan más tus besos, con besos juguetones y besos apretados, con besos de quiero más y ya besos relajados… sólo tus besos.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

TU JUGUETE


Como si fuera cuestión de vida o muerte, te permito deshacerte en mí. E inconsciente, te consiento y accedo al más bajo de todos tus instintos, te regalo mi estandarte hipnotizado y me escabullo entre tu cuerpo desalmado, me ofrezco tal cual soy sin lamentarlo y dejo claro a viva voz que quiero amanecer entre tus manos… sólo porque el más bajo de mis instintos se esconde tras los tuyos, sólo porque cuánto más fuego nace en vos, más fuego nace en mí, porque disfruto convertirme en tu juguete como si pudiera de pronto ser muñeca con hilos, hilos de amianto que tus dedos mueven con total desparpajo, desparpajo que me enciende aún más como si fuese necesario…

Y sólo eso quiero… sin apresarte y sin sentirme presa, sin hablar de más y sin callarme, sin explicarte nada y sin pedirte explicaciones… sólo consentirte con la inconsciencia que lográs al deshacerte en mí.

martes, 4 de noviembre de 2008

JUGUETONA


Jugar con tu risa, jugar con tus ganas, jugar con mis manos…
Jugar con tu cuerpo, jugar con mis labios…
Jugar con tus dedos, con tus dientes, con tu lengua…

Jugar y jugar!

lunes, 27 de octubre de 2008

FUEGO


Es ilógico... ya sé, impensado, ya hasta inmanejable...
...pero me prendés fuego con una facilidad insostenible, insoportable...

miércoles, 22 de octubre de 2008

FASES


Vas a llegar a la luna antes que a mí....
.... pero puede que llegues.

El infierno nos espera!

martes, 21 de octubre de 2008

QUERENDONA


Quiero ver tu risa
en el espejo,
quiero oír tu voz
en mi colchón.

Quiero reencontrarme
con tus manos,
quiero amanecer
con tu sabor.

Quiero fantasear
con el deseo
que tus ojos extremos
me regalan con el sol.

Quiero descubrirme
en tu lascivia
mientras mis alas
se acongojan con tu voz.

Quiero revelarte
con mis labios
y encontrar la rebeldía
en tu canción.

Quiero ser desierto
con oasis,
quiero ser lujuria
sin amor.

Quiero imaginarte
desquiciado
y quiero desquiciarme
la razón.

Quiero desarmarme
con tus besos,
quiero enloquecer
a viva voz.

Quiero 24 hs
de tus dedos,
quiero sentenciar
que no soy yo.

No quiero decirte
lo que pienso,
no quiero pensarte
sin razón.

Quiero desterrar
tus filamentos,
quiero trasnochar
sin ilusión.

lunes, 20 de octubre de 2008

TE LEO, TE ESCUCHO


Un cúmulo de palabras puede avivarte por completo los sentidos… estallarlos contra el infinito, generar escalofríos, activar la imaginación… sólo un torrente de palabras.

sábado, 18 de octubre de 2008

DEJO LAS ALAS PARA DESPUÉS...


Como un ángel corrompido por el demonio que habita en tu alma, aquel al que vendí la mía, casi sin darme cuenta, sólo por la necesidad imperiosa de sentirte adentro mío; me alimento de tus ganas, de tu voz de locutor, de tus mañanas… hasta que llegue el momento de extender las alas… y volver a mis días de ángel controlada.

lunes, 13 de octubre de 2008

AHORA


Tranquila y extasiada pienso en vos, en que tus manos me rocen la piel con caricias que sólo me desarmen; caricias que me lleven tan lejos que incluso vea Marte; tan lejos como estás de mi cuerpo que ya no sabe más que desearte; desearte tanto como sea posible, tanto como sólo vos podés desearme; ahora que ya no hacemos más que avivar el fuego, el ardor que se desprende de tus manos llegando hasta mi lecho; ahora que tus manos son las mías, ahora que mi voz no genera más que tu lascivia.

jueves, 2 de octubre de 2008

SI MIS TIEMPOS FUERAN IGUALES A LOS TUYOS


Ya nadé con delfines, ya me rompí la cabeza, ya me enfermé y también me curé.
Ya viajé por el mundo, ya comí hasta cansarme, ya engordé y ya adelgacé.
Ya dibujé garabatos e hice el croquis de tus manos, ya escribí un millón de verdades y te dije miles de mentiras otra vez.
Ya amé con locura, ya dejé que me amaran, ya me escondí entre tus sábanas y ya te dejé de querer.
Ya viví con magia y dejé que me la quitaran, ya estornudé de frío y ya me deprimí viendo llover.
Ya te amé ciegamente y ciegamente te odié. Ya nací, ya morí y ya volví a renacer.
Ya te amé en silencio, ya te amé sin amor, ya me fui infiel hasta cansarme y también te perdoné que me fueras infiel.
Ya me bañé en el atlántico y en el mediterráneo casi me ahogué. Ya me bañé entre tus manos y también tus manos ensucié.
Ya vomité hasta la sangre, hice terapia hasta acalambrarme, ya tomé las miles de pastillas que me dieron y ya las vomité también.
Ya crecí, ya cambié y ya también me cansé.
Ya surgí de entre las cenizas, ya pinté a la Monalisa, ya escribí miles de cuentos y ya te los dejé de leer.
Ya me enamoré sin conocer y ya conociendo, abandoné. Ya lloré de alegría y ya me casé.
Ya dejé que gritaras, ya dejé que empataras y ya te obligué a perder. Ya me harté de escucharte, ya te callé y ya también te grité.
Ya lloré hasta el hartazgo, ya te soñé sin reparo y ya me auto reinventé.

Ahora solo falta tu firma… y entonces, ya me divorcié también.

lunes, 15 de septiembre de 2008

UP AND DOWN


La vida es como una montaña rusa. Hoy estás arriba y mañana estás abajo. Hoy estás en la cumbre o en el medio del campo de River viendo el mejor recital de tu vida y sintiendo toda la adrenalina y mucho más de lo que se te pueda ocurrir y; mañana estás tirado en el suelo con un hueco en el estómago y con el hueco más profundo en el corazón. Hoy la vida te sonríe y salís a la calle erguido, orgulloso de vos mismo y; mañana la vida te cachetea y te muestra que no es vida que, simplemente es lo que queda, que es un mal chiste que alguien escribió en un libro que encima se convirtió en best seller que…

La vida es una rueda en infinito… y da tantas vueltas.

viernes, 12 de septiembre de 2008

SUERTE LA MÍA


Dicen que la soledad es mala consejera... yo sé que es verdad. Pero ahora, ahora solamente es mi amiga y sólo por eso, me dispongo a disfrutarla!

viernes, 29 de agosto de 2008

LONDON SAD (sin comas ni enies)


Recorrer el mundo entero sin vos, la vida entera sin vos... solo para poder volver a encontrarte y seguirte perdiendo...
Estoy cansada.

lunes, 25 de agosto de 2008

IN A LONDON TUBE (sin comas ni enies)


La esperaba hasta el hartazgo pero conocia la respuesta... no podia ser otra que esa, ansiaba que esa fuera pero el hilo de la esperanza contenida en el cuenco de una copa de cristal, en unos dedos siempre atentos dispuestos a convertir en polvo cualquier cosa que me dieras, enhebraba a la osadia de esperar la respuesta contraria, el dejo de un arrepentimiento casi innato que dijera que te habias equivocado, pero no... ni te equivocaste ni hoy existe aguja que permita ser enhebrada para coser mis ganas al deseo de tu alma. Ni aguja ni hilo ni esperanza... solo la verdad absoluta que (ya conocida) escupieron tus palabras con la delicadeza inaudita de siempre dejar todo en paz, todo perfectamente encastrado como si siempre hubiese sido de esa forma... porque, en verdad, siempre lo fue.

Y entonces, siempre conciente, siempre exponente, siempre esperanzada. A "siempre" se le cae el mundo, se convierte en nada y, rauda como el viento, la esperanza le agobia la mirada...


Muerta estaria bien. Estoy harta de la soledad... de tener que verle cada dia la cara.

domingo, 24 de agosto de 2008

IN LONDON (sin comas ni enies)

para "decorados personalizados" de blog recurre a mosquitomaton@hotmail.com

Ya no me reflejo en los espejos, tan solo porque no me gusta el reflejo que hallo en mis ojos. Simplemente no me encuentro en el, ya no me encuentro ni me reconozco.

Es casi como tirar de una cuerda sabiendo a ciencia cierta que se va a romper, sabiendo que su elasticidad llegara a su fin igual que el tiempo que te espero... porque te espero.

Anhelo una respuesta que no llega cuando lo unico que me alcanza es tu silencio penetrando el mio, penetrando incluso mis palabras, esas que ni siquiera lees, sabiendo con vehemencia que ahi estan, que existen... pero igual no las lees, no las haces carne ni gloria ni desprecio. No las convertis en nada, en nada de nada, mientras yo me aferro a la imagen ya borrosa que mi alma cobija de tu alma y amarro mis ansias, esas que creaste casi sin quererlo, a la esperanza generada por el silencio, por la soga que se corta, por el tiempo que te espero.

Tiempo que me permite pensarte y soniarte, como si pudiera enhebrar una aguja y coserte al sabor de todas mis penas, como si pudiera traerte tan solo con pensarte, como si evocarte fuera suficiente y lo fuera todo. Sencillamente, porque la soledad acongoja... en el mundo que sea, en el continente que encuentres, en el planeta que habites, la soledad te mata lentamente, te permite vivir a propia conciencia pero te asesina el pecho, te asfixia y atormenta las noches como si la diferencia se hallara sobre el colchon en el que uno descansa o peor aun, en la almohada que uno abraza dicidente. Y me siento tan sola...

lunes, 7 de julio de 2008

A LA ESPERA


Te espero. Te rindo culto en el altar que habita entre mi almohada y te espero.
Profeso el capricho de tenerte y me convierto en adicta de tu mente, adepta al sabor de tu sonrisa e inconciente discípula del color de tu mirada, de unos ojos que me miran expectantes e inquilinos de la voz que retumba con estruendo en la caja toráxica que anida el recuerdo de tus dedos desparramándose en mi espalda, del olor de tu piel penetrando el infinito de mi alma, del color de tus labios enquistados a los míos, del calor de tus manos incrustadas en el hueco de mis alas amarradas a tus alas, al fervor de tus dedos distraídos generando llamas que no desaparecen, que nos zanjan a la sombra de nuestros cuerpos inherentes que, inseparables ya, se funden en un abrazo de nuestros labios, con los poros a flor de piel y nuestra propia luz reverberando en las paredes.
Y una vez más, te espero. Espero que aceptes mi destino que a gritos se enlaza a tu destino, que el interminable sonido de tu risa ilumine mis dientes cristalinos y que la voluptuosidad del roce de tus manos se tope con mis manos para ya nunca más soltarlas.
Te espero...

sábado, 5 de julio de 2008

TE PERDONO


Todavía siento el asfixiar de la traquea al cerrarse con sólo recordarte. Todavía se oprime el pecho sin murmullo en las noches de destierro y el pánico se convierte en la cuna de mi entierro cuando prácticamente puedo sentir nuevamente los dolientes agravios escupidos por tu boca deslizándose en mi piel.
Todavía la soledad aterra pero se hace buena compañera, como si pudiera borrarte la existencia y decidir que nunca sucedió; que nunca te enquistaste, hiriente y abatido, en el músculo que bombea la sangre a mis sentidos.
Todavía el silencio se hace acogedor y el dulce sabor de no tenerte me llena de gloria e, incluso, de osadía; la memoria inmortaliza el ya eterno rechazo de yacer a tu lado y cada poro de mi cuerpo te rechaza aún más con tan sólo recordarlo.
Mis ojos aún sienten el escozor de la arena y un par de vidrios rotos se juegan un duelo entre todas mis penas. Penas que instalaste y dejaste olvidadas entre un mar de gritos que no acaban, en mi mente que te repite hasta el empacho como si pudiera darle un nuevo porqué al porqué ya encontrado.
Tampoco me preocupa demasiado, hace demasiado tiempo que ya no te amo. Incluso, ahora te entiendo, estabas tan convencido de que nunca iba a funcionar para vos que hiciste lo imposible porque no funcionara. Y no funcionó…
Ahora sólo quiero expulsarte del recuerdo, hacerte un bollo de papel y dejar que te devore el mismísimo infierno.
Ahora sólo quiero creer que no exististe, que no habitaste mi universo, que ni siquiera violentaste los poros de mi cuerpo. Ahora sólo quiero disfrutar que no te tengo.
Y, sin embargo, te condono. Te eximo de culpa y cargo y, por primera vez, te borro de mi vida por completo pero te perdono.

La libertad sólo se hallaba en absolverte… así que te absuelvo y me libero del castigo de tenerte.

sábado, 28 de junio de 2008

DRUG MUSIC


Mi piel, adicta como nunca, se expande en las sombras de mi cuerpo, se ensancha y engrandece, se propaga hasta los labios de mi mente. Y se convierte en chicle, en una dopamina, se estira y no entorpece, trasciende lo incoherente. Irradia luz, pervierte y mis dedos, cual arañas, se trepan a unos brazos al ritmo de esa luz que no nos miente.
Sentir se hace fácil, mis yemas lo agradecen, los labios sin sentido, se pegan como siempre, se tocan, se acarician, se suman a un millar de labios que presienten, que palpan, que deslizan, se deslizan por la luminosidad de unas mejillas, que obsequian, estructuran, equilibran el sabor que hay en la luna.
Mis poros se convierten en miles de manos ya incendiadas, en manos que difunden y que invocan, la voz de lo que escuchan, el sonido que no acaba. Miles de manos y dedos que se prenden, se calcinan en una maroma de sentidos, de ondas que persisten y más dedos distraídos, la dermis que florece y el compás en mis oídos.

viernes, 27 de junio de 2008

DEL OTRO LADO


El mundo en mi puño
se llena de vida,
se expande, engrandece,
mis alas se propagan
dentro de tu vigilia.

Tus vuelos porosos
rozando mis mejillas
y todo es atino
mezclándose en mis días.

Se amplía el horizonte
y el camino se ilumina.
Vos no estás,
yo no te siento
y sin embargo,
me enaltece tu energía.

Cruzando el abismo
se encuentran otros días,
estimulando sensaciones
de grandeza, socavando
el arrojo de otras vidas.

El universo entre mis manos
ennoblece la lejanía
y mis piélagos recuerdos
manosean la ambición
de tus caricias.

sábado, 21 de junio de 2008

METAMORFOSIS



Viejas vanaglorias
que fueron el júbilo de días
y más días de gozo y alegría;
mudan en mortificantes pesadillas
quitándome la vida,
se vuelven como sombras
que torturan al silencio
convirtiéndose en luces mortecinas
que nada concretan
pero todo lo revelan.

Mi más íntima inmodestia
se juega un ajedrez
con la soledad de tu recuerdo
en un despoblado ambiente
que todo lo pervierte
y mis dedos estrellados
de la falta de contacto
se desgarran en la dicotomía
de tu falta sin medida.

El retraso
de mis brazos destrozados
asesina la memoria de lo insano
y mis ojos alienados
alucinan con la pronta
demora de tus manos,
con tus labios
que no desaparecen
y mis labios
que mueren bifurcados.

jueves, 19 de junio de 2008

MÁS QUE CIEGA, ENCANDILADA

Alucinando en un mundo sin sentido,
de vértebras coherentes y ranas inherentes,
me topo con un topo de ritmos ortodoxos,
de voces desquiciadas y rimas perpetuadas.
Mi alma se desangra oyendo tus palabras,
mis manos que no paran
te anuncian la luz de mis mañanas,
de risas trasnochadas y fluorescencias
que se esconden derramadas.

Los poros de mi piel,
ya oxidados y vacíos,
se encuentran en tu cuerpo
y no en el mío.

Las coplas de un futuro que no llega
y unos huesos fracturados de indecencia
se suman al cansancio de perderte,
de verte esfumar entre la gente,
en las garras de mi voz condescendiente,
en las fauces de una bestia
que habita en mi mente.

Y vos, tan indulgente y flexible como siempre,
arrancás en mí sonrisas que pervierten,
que innatas y estridentes
se estallan en los huecos de mi alma saturada de pendientes,
colmada de la prosa de un demente,
de frases casi hechas, de rimas
que descansan en los hilos de mis dedos distraídos
y en los ojos de una luna disidente.

Los poros de mi piel,
ya oxidados y vacíos,
se encuentran en tu cuerpo
y no en el mío.

domingo, 15 de junio de 2008

CRAVING YOU


Puedo mentirme implacablemente. Puedo, incluso, mentirte a vos… Pero te extraño, y se me impone como una realidad que sé que, aunque inconsciente, no me permito. Y es entonces, cuando mi mente juega con mi subconsciente, cuando mi futuro se disputa una escondida con tu ausencia que me encuentra, sin embargo, aunque cuente hasta el hartazgo.
Y es así como te miento y te alejo con mentiras, te envuelvo en mi terapia resistiva y te muestro a una persona que no existe, que ni siquiera se asemeja a lo que soy o lo que siento, pero me sirve. Si hay algo que tengo sumamente controlado es la defensa de mi propio imperio. Una mañana cerré las puertas de mi mundo y me interné en el desierto de mis manos.
Ahora paso las noches soñando océanos revueltos y barcos que se pierden en el puerto de tus labios mientras veo como me ahogo en los confusos abismos de tus dedos con retraso, de palabras que no llegan, de abrazos que nunca fueron dados. No obstante, tu sonrisa me sigue llamando, me busca, me aniquila, me atrae hacia tu boca que, imprecisa, me deja sin respuestas y con este sentimiento del cual no quiero hacerme cargo.
Porque igual no me hago cargo, igual que vos que abandonás la réplica sin apagar la vela. Mejor soplá ahora… soplá rápido porque te extraño.

jueves, 12 de junio de 2008

UN MINUTO DE SILENCIO - febrero 2008


Tengo una flor en un barco y una luz en el cuarto que me permiten seguir. Tengo una cuenta en el banco y un letrero que dice alto para cuando me quieren seducir. Un jardín de amapolas y una risa boba son los que hasta ahora me ayudan a vivir.

Vivo en una casa sin cuartos con un baño de 2 x 4 para sentirme feliz. Y guardo una pava y un mate en un cajón de tomates para reírme de mí. Hasta me compré un perrito idólatra para sentirme adorada y una lluvia que no acaba por si quiero chapotear en las mañanas.

Tengo un par de fantasmas con los que juego a las cartas cada vez que te vas. Tengo amores de verano y una estrella entre las manos por si vos no regresás; una botella de fernet en la heladera y una amiga araña para cuando te quiero llorar.

Además, tengo tu risa de mimbre y tus ojos de lince en la mesita de atrás. Y conseguí una jarra de cielo para ir acumulando sueños cada vez que llamás, una caja de amianto y un souvenir de Esperanto que me trajeron en mayo para extrañarte aún más. Una posesión de ratas que juegan entre las ramas de tu hermoso pedestal y un camioncito con brasas para quemarte las ganas de volverme a dejar.

Incluso, hasta adquirí una pala para volverte a enterrar.

lunes, 9 de junio de 2008

FREEDOM


Tus propias decisiones te atan o te liberan, o incluso, te atan y te liberan al mismo tiempo. El hecho mismo de poder decidir se convierte en algo sumamente liberador que te rescata de las garras de lo irresoluble para abrirte el pecho de par en par y mostrarte a la libertad en su máxima expresión. Pero las sentencias determinadas en nuestra vida también nos encadenan. Nos enlazan a personas o nos retienen en lugares acordados.
Lo más trascendental, y lo que me trae a esta cuestión, son aquellas decisiones que nos liberan por completo, que convierten nuestra vida en algo cabalmente distinto casi como independizándonos de nosotros mismos, del destino que trazamos hasta ese momento, desvinculándonos, en verdad, de eso que llamamos nuestra propia vida.
Y lo valioso de ese único e insuperable momento es ese sentimiento de autonomía absoluta que colma el alma, el corazón, la psiquis y hasta la cordura. La mínima posibilidad de rediseñarnos nos llena de regocijo, el deber de empezar de nuevo nos abre ante nuestros ojos un abanico de caminos insospechados que, aunque nos paralice de miedo, nos hace sentir más vivos que en nuestro propio recuerdo.
En cierto modo nos atamos, quizás, a la horrible sensación de fracaso, al inaudito ojo ajeno que nos mira con el recelo que conlleva el ya haber decidido y haberse equivocado. Pero, de todas formas, la libertad se hace presente. Digan lo que digan por detrás tuyo, vos tenés nuevamente las riendas de tu vida. Probablemente (y porque es mi caso), ya no tengas marido o casa o vaya dios a saber cuántas cosas, pero sí tenés un futuro (ahora incierto) que YA mismo podés empezar a dibujar, sin pensar en nada ni nadie más que en vos. Y si a los 30 eso no es liberador… ¿qué lo es?
Ahora bien, ya estás en la etapa en que el fracaso y la decepción te importan poco y nada, ya te sentiste libre y dueño hasta de tu razonamiento; ahora te queda empezar a decidir de nuevo, de cero, y con el grato sabor de todas las cosas que tenés a favor después de tantos años de experiencia, de años acumulados de estudio y atesorados en distintos trabajos. Ahora sí, tenés el mundo a tus pies y podés elegir el camino que quieras...

Quizás la libertad sea un manjar que se disfruta mucho más siendo adulto.

domingo, 8 de junio de 2008

MI MECANO

La Relatividad de Escher

Justo esa mañana, esa y no otra, que amanecés completamente convencido de que tu vida (fuera de algún que otro detalle) no podría ser más perfecta, prolija y soñada de lo que es. Justo ese bendito día en que creés que prácticamente todo lo que existe en tu vida, calza a la perfección por más mecano de mil piezas que sea. Justo ese día y no otro, una de las piezas se cae al vacío desestructurando toda tu fisonomía, tu desierto con oasis, tu minucioso laberinto de azahares. Y el vacío, ese mismo hueco oscuro en el cae la pieza hacia el infinito, se presenta ante tus ojos volviéndote la mirada hacia tu implacable soledad, esa de la que te jactás, esa que a veces es amiga y a veces es enferma. La misma soledad que venís alabando hace tiempo, la misma con la que soñás hace años, se exhibe ante vos con un puñal de victoria que ni siquiera vos mismo podés entender. Porque en ese momento, sólo en ese preciso instante, duele, te cala hondo, te corroe como si pudiera derretirse ante tus ojos y convertirse en ácido, en el veneno que recorre tus venas, en la daga que derramará tu sangre precisa pero lentamente.
En verdad, no es tan grave, sólo implicaba un minuto de compañía al día… ni siquiera al día. Pero era EL minuto en el que estabas acompañado. Ese rato en que tu vaso no era el único, ni tampoco tu risa, ni únicas tus manos. Era ese minuto de distracción que te hacía falta para terminar el rompecabezas de tu vida perfecta.
Y ahora falta una pieza… la pieza de las cosas compartidas, las necesidades sostenidas y sobre todo y ante todo, la pieza de la risa, esa que tanta falta te hacía.

sábado, 7 de junio de 2008

INENTENDIBLE


Confundida me hallo en tu regazo, complicada me encuentro con tus manos, con deseos que no desaparecen, fantasías que se hallan divergentes, que reducen a la vida en un silencio de dedos que aniquilan, de voces que se chocan, de ojos que me miran, ojos que se funden con mis ojos como si pudieran verme el alma, como si me reconocieran, buscando la esencia de mi sombra, de unos besos que parece no aterrizan.
Entonces si te toco, la química estalla sin decoro, con luces que pervierten, con viajes de tu mente, con frases que no digo y que no te repito, con frases que decís y que me repetís. Y todo sin que vengas, ni llames, ni aparezcas. Y todo con tormentas, con dudas que amilanan, indecisiones que no entiendo como si fueran de otro tiempo, de gente que no explica, de ojos que no miran.
Y no te reconozco, ni se si te conozco…
Pretendo reencontrarte, asirme a tu vida tan sólo un instante, un único momento que me permita perderme en la línea de tu cuerpo, aferrarme a tu indecencia, hacer el recorrido de tus venas, que beses mi estandarte, mi halo contrariado como si pudiera estallar la química en tus manos… y en las mías, generar milagros de vigilia.

viernes, 6 de junio de 2008

MI PROPIA CAZA

Con los pies cansados de tanto andar y las manos entrelazadas de pavor, reposo mis oídos en un mar de nidos y busco con los ojos la luz de tanto ruido.
No siento que reviente en el esternón pero entiendo que el lamento de un fracaso colapsado, abandonado en el subsuelo del rechazo, me carcome el alma, se la devora como si pudiera hacer papilla toda mi filosofía, mis ganas de curarme, mi falta de pastillas.
Y entonces, cual araña, fabrico mi propia telaraña. Pasito a paso voy deslizando tela y la tejo con cuidado y a mi manera. E invento vanidades y coso enfermedades mientras mi pequeña telaraña se hace grande y cubre habitaciones con ánimo expectante.
Ya ni siquiera duermo para seguir tejiendo, me puse laboriosa, me siento casi diosa. Y mi tejido crece, recubre las paredes, ya casi me rebalsa, se sube hasta mi cama.
Mi cuerpo se transforma en la presa de la araña.

COMO HUMO EN UNA CAJA


Ocupado en el letargo de tus manos,
te encontraste con mis ojos distraídos.

Te adueñaste de mis únicos latidos
y olvidaste mantenerme los sentidos.

Igualmente te apropiaste
de mi tiempo sin sentido.

Y a la vez…
equivocaste mi camino.

De haberlo sabido,
esquivaba el laberinto.

miércoles, 4 de junio de 2008

LETRAS COMO PASTILLAS


Me masturbo con tu esencia,
con un halo de luz
que divaga en la ventana
y me inclino hacia tus ganas
que no implican mi amalgama.
Y me embrollo con tu rollo
y te espero ya incendiada.
Me suicido con tus manos
y me agoto de llamarlas.

Te enhebro a mi silencio
y enloquezco mi cerebro.
Es quietud lo que sucede,
se desliza por mi mente.
Se percibe divergente,
se tortura en la insana
costumbre de no verte.

Me descubre en la cocina
desmembrando valentías
y se torna diligente
como en una pesadilla de pastillas
que no mienten,
que adulteran el disgusto
de lo justo que no es justo,
asomando monerías
en un circo sin medida,
en un cuento que no acaba,
en la vida que resbala.

martes, 3 de junio de 2008

SI SUPIERA DE VOS


Si te suicidaras, me aniquilarías. Si tan sólo pensaras por un único momento, un segundo en la línea de este tiempo, en asesinar tu vida esquiva… en realmente esquiva transformarías la mía.
Si por un minuto creyeras que es mejor morir ahora que de viejo, el órgano muscular que se une de pasión con mi ventrículo derecho se ahogaría en la tristeza de mis días. Días que se harían interminables, llenos de un dolor perpetuo que no controlaría.
Si lo hicieras, si tan sólo creyeras que es potable la idea, mi voz moriría en agonía. Mi llanto se convertiría en lamento aceitado de pena sin vigilia, mi súplica inherente me auto sacrificaría.
Si decidieras sucumbir, fallecer de amargura, de querella oportuna, el día se convertiría en noche y la noche en insomnio de duda; la sonrisa sudaría sangre y mi vida destrozada moriría del calambre.
Así que no te mueras… que no te sepa vivo no es excusa suficiente.

lunes, 2 de junio de 2008

EL TIEMPO, JUANA, VOS Y YO


Otro mes que se escapa, se escabulle de las fauces del tiempo como si pudiera esfumarse incluso del recuerdo y se diluyen los días como si pudieran deslizarse mis ideas de experiencia saturada de más días, dejándome esa sensación casi hostigante de manos derretidas, de cosas que no pasan, de formas que alucinan. Y otra vez, me siento a escribir, a golpear presurosa las letras de un teclado que conoce mis secretos y los calla por respeto. Una vez más, me quedo en silencio conmigo misma, intentando ubicar a la prosa que me fascina, que me envuelve con su halo de nostalgia contenida, de mensajes que no llegan, de apetitos que me guían.
Y entonces freno, me fumo mi conciencia y aspiro a la osadía de perderla. Y escupo el aire como de una catapulta y apago interruptores con dedos de viruta. Me inclino a la poesía y la filosofía mientras pienso que Sofía se figura en la cocina.
Entonces, me sonrío y el perro que no para, me saca del delirio. Delirio que rehúso como si pudiera extirparlo con un huso, con ojos que se cierran y venas que no tiemblan, con brisas que no llegan y llantos que acribillan.
Hasta lo leo con melancolía, con prisas que desmayan o rimas que aniquilan. Y escupo el aire como de una catapulta, con ruidos que desangran, con besos que engalanan. Y me rasguño el cuerpo y río comedida, y viajo por el mundo con ganas de otro día. Con sueños que no acaban, con dedos que no siembran, con uñas de ceniza, con una Monalisa. Quimera que rehúso con manos en desuso, con uñas de tormenta, con llanos que amedrentan.
Y entonces freno y me fumo, esta vez, tu conciencia, aspiro a la osadía de obtenerla. Salivo al aire en artilugio de desaire y ubico en la memoria a la sombra de tus ojos escondidos que con sus luminarias encienden en mi alma un mar de explicaciones sin sentido. Y sigo suspirando de delirio, de risas que no desaparecen, de luces que acicalan al destino.
Una vez más, salivo al aire en plena grosería y alucino en el periplo de tus manos sin medida.

domingo, 1 de junio de 2008

LONELY HEARTS


Incluso los que veneramos a la soledad bajo el viejo emblema de que mejor solos que mal acompañados sumado a la indiscutible realidad de que, en verdad, no nos sentimos solos. Incluso nosotros, a veces nos sentimos desolados, abandonados en algún recoveco de nuestra propia reclusión de paredes anchas y largas, envueltos en un encierro forzoso disfrazado de cosas encarecidamente más interesantes que hacer.
Y hoy, esta noche, es exactamente así como me siento. No estoy desestimando al atractivo de mi propia vida que bastante buena es. Simplemente, hoy no tengo nada interesante para hacer. Hoy me siento sola, aburrida, vacía y deprimida. Pero, obviamente, es algo que jamás diría.
Mi vida solitaria es algo que cualquiera envidiaría, algo que, aquellos que se perciben ahorcados, cercados siempre dentro de la misma rueda, anhelan, desean y aspiran. Lo cual me hace sentir un poco más interesante y divertida pero no me concibe acompañada, no me permite ningún tipo de contacto físico con un “otro” ni una risa compartida. No se desliza ninguna charla irrelevante y la única copa de la mesa es la mía.
Es entonces, supongo, cuando los solos comenzamos a gestar la idea de que la soledad es mala consejera. Dato que es completamente incierto, poco sugestivo y para nada expiatorio. ¿Porqué la soledad, la bendita soledad, podría aconsejarnos equivocadamente si siquiera tiene entidad propia? Sin embargo, nuestra admirable parte cognitiva se las arregla para que el sentimiento de abandono surja como de entre las cenizas y uno no pueda más que sentirse solo, cansado, perdidamente seco y desamparado. Y es precisamente en ese instante, cuando los solos ambicionamos la vida de los otros: los acompañados, esos que son capaces de agotarse escuchando siempre la misma música o las mismas charlas, esos que terminan siempre en el mismo par de brazos, besando a diario los mismos labios, yendo persistentemente a idénticos lugares con la misma persona que hace vaya dios a saber cuanto. Un milimétrico segundo en el que codiciamos la rutina de los otros, esos que nunca están solos, como si la soledad, la sagrada soledad, ya no fuera bastante compañía. Porque no lo es, mi mente es suficientemente frondosa, pero no siempre es suficiente. Mi pequeño mundo de libros, clases, cine y escritura no alcanza para cubrir el hueco en el desierto. Mi basto imperio de mi propio yo no siempre me cobija del vacío aunque me siente a escribir y me auto acompañe con mis oportunos pensamientos. Y entonces me vuelvo a sentir interesante… y ridícula, a la vez. Inevitablemente ridícula.

sábado, 31 de mayo de 2008

OASIS EN EL DESIERTO


¿Somos seres de luz en busca de otros seres luminosos, de aquel resplandor que nos completa? ¿O simplemente somos seres atiborrados de soledad en busca de compañía, de un cúmulo de situaciones que nos quiten del desierto?
Probablemente solo necesitemos desesperadamente estar acompañados y por eso añoramos encontrar a ese que comparta un par de cosas compartibles con uno, únicamente un par porque todas sería imposible. Entonces, nos transformamos un poco en “yo” y un poco en “vos” y compartimos ambas partes. Con una pizca (o bastante) de piel y pasarla bien, alcanza. A veces sólo con creer que la pasamos bien.
Y es ahí, cuando saciamos un par de necesidades fisiológicas y otro par, psicológicas y nos sentimos completos, eternos; incluso, indestructibles.
Así y todo, el problema no sería que dure un suspiro en el viento, ni siquiera que sea eterno, siempre y cuando sea la luminosidad realmente designada. El problema es cuando la luz se apaga, porque se apaga. Algo la ahoga hasta extinguirla. Alguien (ni vos, ni yo) sopla la vela y prende el interruptor eléctrico para que podamos ver nuevamente al desierto, para que podamos visualizar como en una película a las ganas de ya no compartir más nada, una película que hasta nos muestra que en verdad no compartimos lo que creemos que compartimos, para sufrir de soledad al darnos cuenta que ya ni siquiera existe el pasarla bien, que ya no alcanza con saciar necesidades. Y de golpe, sin enterarnos, nos transformamos en mitades incompatibles, con fecha de vencimiento y absolutamente vulnerables.
Y, en verdad, si esta fuera la real dificultad, hasta sería sencillo. El brete, el verdadero embrollo del asunto, es cuando ya pasó el tiempo y te diste cuenta tarde. Tarde porque pasaron los años, los cuales se perdieron como arena entre los dedos; tarde porque cometiste la idiotez de casarte, o mucho peor aún, tuviste hijos. Tan sólo perder el tiempo resulta grave. Abrir los ojos una mañana y ver que la vida pasó… y pasó. Y podrías haber hecho cosas maravillosas con tu vida… pero no, te quedaste al lado de ese alguien (cualquiera) cubriendo un par de tus necesidades. Y entre tanto, la vida realmente pasó.
Y si todo terminara ahí, tampoco sería tan grave. Si te dieras cuenta, abrieras los ojos esa bendita mañana y te dieras cuenta. Y entonces reaccionaras y simplemente te fueras y todo terminara ahí, seguiría siendo sencillo. Pero la psiquis es naturalmente mucho más complicada. A tu “darse cuenta” lo persiguen los miedos, el pánico y la aterradora sensación de necesitar con todas tus fuerzas aferrarte a la soledad de nuevo y buscás un nuevo “rincón de paz” para regocijarte en el desierto. Incluso te regodeás de tu nueva vida sintiéndote maravillosamente completo dentro de tu propio encierro.
Pero en todo desierto hay un oasis y eso te da más miedo.
Entonces, cuando te encontrás felizmente recluido, el oasis se hace visible. Y es como empezar de nuevo y otra vez anhelar compartir algo, al menos un rato. Y es ahí cuando la demanda de tu propio cuerpo te hace entrar realmente en pánico. Todo lo que olés, sentís y percibís ahora es sólo pánico y más pánico. El miedo te paraliza, la desconfianza te aniquila. Y ni siquiera importa si va a durar un suspiro en el viento (que a esta altura, te sería absolutamente perfecto), lo único que te afecta es la lejana (porque todavía está terriblemente alejada de tu propia deducción), la lejana posibilidad de volver a equivocarte, el todavía indeterminado riesgo de engancharte y sumarte a algo que termine siendo la nada misma y peor aún, algo que te haga perder el tiempo. Cuando lo más espantoso de toda la trama es que quizás, a futuro, pueda funcionar. Nunca se sabe. Entonces, cuando te topás con un minuto clave, una pregunta incierta o realmente el quid de la cuestión; cuando te chocás de frente y sin frenos con lo que te pasa, te aterrás y reculás. Te transformás en alguien que no sos, ni siquiera en alguien que querés ser. Pero te tornás confiable hacia vos mismo. Leal a tu miedo e ileal al otro. Y ahora, que realmente lo entiendo (y lo releo e, incluso, entiendo a mi ex marido) terminás arruinándolo todo: a lo efímero y, probablemente (porque seguimos sin saber quién será), a lo eterno.

El detalle destacado es que tus miedos, que obviamente no expresás porque son TUS miedos y por lo tanto acaban convirtiéndose en algo definitivamente incomprensible, terminan asustando al otro… a veces demasiado a tiempo.

viernes, 30 de mayo de 2008

CAMINANTE NO HAY CAMINO…

Imaginar que se cumplen los sueños, sospechar quién puede acompañarnos en ellos, suponer que no quedan tan lejanos, comprender que ya encontramos el camino, creer que todavía no es tarde para recorrerlo, figurarse que ya llegará la forma y, mientras tanto, la maldición de conformarse con lo que queda, la endiablada tradición, llena de costumbre, con respecto a lo que queda. ¿Será esa la razón por la cual las relaciones se rompen en mil pedazos? Para ya no soportar la abominación de transitar un camino que no es nuestro, que no nos pertenece, que se muestra extremadamente ajeno.
Es como si la vida de pronto se convirtiera en un intrincado laberinto de cuentos y uno persiguiendo sueños equivocara el camino y tomara por la puerta incorrecta y terminara en un peregrinar lleno de ilusiones rotas, habiendo caminado por horas, días, meses, incluso años, por la vida de ya ni sabemos quién, alguien al que no reconocemos, ese que apoya sus huesos del otro lado del colchón aunque sea un intruso en nuestro cuerpo. Y darse cuenta, es peor que haber desacertado. Darse cuenta es frenar en seco y primero decidir ser uno mismo, el de los sueños, o ser “eso” en lo que nos convertimos. Darse por enterado es desgarrar al alma en un vacilar de confusiones y comenzar a andar por un trayecto de dolor que no se escapa, que ya no para, para ver convertirse al laberinto en una maraña de padecimientos, los propios y los ajenos, rechazándose a uno mismo y a ese otro que alguna vez sumamos al error de nuestro cuento.
Y quizás, sólo quizás, darse cuenta implique retroceder sin mirar hacia atrás, hundirse en la maleza de ese laberinto de arbustos al cual ya no recortamos ni emprolijamos hace tiempo y tratar de huir de nuestras propias decisiones, de nuestro propio tiempo, como si uno pudiera simplemente volver al punto de partida y empezar de nuevo, de cero, a perseguir los sueños que no se cumplieron, a sospechar quién puede acompañarnos en ellos y suponer que ya no son distantes, percibir que encontramos el camino y entender que todavía no es tarde para recorrerlo y, mientras tanto…

Mientras tanto, es como si uno tuviera que aprender a caminar de nuevo…

jueves, 29 de mayo de 2008

ABRIL 2008


Hace unos días descubrí la cantidad de cosas que olvidé en mi antigua casa el día que me marché con una valijita prácticamente vacía al igual que mi alma.
Me llevé las ganas de quedarme, es cierto. Eso era lo más importante. Pero dejé abandonado (quizás arrumbado en algún cajón) a mi reloj biológico, ese que hacía tic-tac, tic-tac al momento de mudarme con él, de casarme con él. Es como si inconscientemente hubiera resuelto la inutilidad de ese reloj en mi cuerpo, de esas filosas agujas atiborradas de veneno clavándose en el músculo que se esconde detrás de mis costillas, acuchillándolo, destrozándolo por completo, obstruyendo incluso al razonamiento.
Y ahora ya nadie importa, sólo yo y mi cuerpo sin reloj. Sólo yo y mis ganas de saturarme de vida, de la vida que no tenía, de la yo misma que alguna vez fui y se escondió en un rincón de paranoia a escuchar un tic-tac que resoplaba a gritos que el tiempo pasaba, que el tren se marchaba, que lo que no hacía sólo se perdía.
Me equivoqué tanto… TANTO. De principio a fin fue una equivocación escuchar a ese reloj, dueño de mi cuerpo, a la par de la persona equivocada. Incluso, la situación me es completamente ajena, como si mi yo interno no pudiera ni siquiera creer que fuimos nosotras (mi mente, mi cuerpo y mi fuero interior) las que vivimos todas esas situaciones desesperadas y apremiantes de un cazador a la espera de mis bajas.
Recién hoy y a la distancia, que en verdad no es tanta, me doy por enterada de haber estado los últimos tres años de mi vida al lado de alguien que, incluso, hablaba otro idioma; alguien que jamás entendió que era lo que decían mis palabras. Y mi reloj, tan orgánico, tan vivo, tan estúpido, sostuvo la situación dentro de la línea espacio-tiempo y la dejó crecer y convertirse en sufrimiento en evolución, en levantarse y querer morir, en ver un par de ojos recostados en la cama y preguntarse porqué, por cuánto tiempo más. Convertirse en rechazo, en un rogar repleto de silencios para que no te toquen ni te miren ni te hablen.
En realidad, tengo tantas cosas para agradecerle… pero no puedo agradecer ninguna. Todas las cosas buenas como el convencimiento, el tratamiento, la cura, el ser fuerte y sentirme acompañada y viva, retroactiva; todo fue enterrado por los gritos, las botellas rotas, la arena en los ojos y los escándalos que no fueron pocos. Mi vida pasó de sobrevivir a mi propia locura para convertirse en la locura de otro, en la enajenación de un maníaco depresivo que como ya no podía salvarme decidía aniquilarme.
De todas maneras, siguen habiendo gracias para decir… Uno no es más que la consecuencia de todas las cosas que ha vivido, las buenas y las malas. Uno, no es más que la sumatoria de las cosas que a partir de ahora quiere vivir y de las que sí o sí, suceda lo que suceda, no va a volver a transitar. Podría agradecer, ahora mismo, la contención y el cuidado en exceso… pero todavía no puedo. No puedo verte como el ser que me amaba, porque en verdad no creo que lo hicieras, realmente no lo creo. Me siento un instrumento de tu propia saturación descontrolada para sentirte bajo control. Aunque quizás sí sentías muchas cosas buenas por mí, y al final, ya no supiste como demostrarlas. A fin de cuentas, no supiste sostenerlo.
Pero no te culpo… yo me desperté una mañana, dándome cuenta que nada era lo que pensaba. Y eso fue hace tanto tiempo… Y fui más buena con vos en ese entonces, que cuando quería creer que te estaba amando. Pero supongo que esas cosas se perciben, se deslizan por los poros de la piel como serpientes. Quizás tu trato nada grato sólo era consecuencia de mi desamor, de mi rechazo oculto tras los ojos de mi alma. Quizás…
Y ahora. Ahora es la primera vez en muchos, muchísimos años que me siento feliz conmigo misma. No por haberme casado… no por haberte dejado. Simplemente, porque vuelvo a ser yo. Yo misma, sin que nadie me diga qué tengo que hacer, decir, pensar o escribir. Una “yo misma” que me gusta, que se traduce en cómo me veo, en como me siento… y en como me sienten los demás. Me encuentro haciendo cosas que me satisfacen y me topo con mi propio cúmulo de “cosas claras”. Eso es lo que me pasa. Es la primera vez, en mi vida entera, que puedo ser sincera conmigo misma y saber conscientemente y sin tapujos qué quiero y qué soy capaz de hacer para lograrlo.

Recién ahora, con 30 años recién cumplidos, sé que no amo. No es que nunca haya amado. Sencillamente, ahora no. Y me llena de una felicidad casi innata saber que hoy sé lo que siento. Me permite parar, frenar en seco, otra vez… y empezar de nuevo.
Alguien dijo que la vida empieza a los 30. Yo creo que es cierto.

miércoles, 28 de mayo de 2008

MI 2007

ME EMPEÑO

Te espero, te sueño, te delato.
Te entrego mi indecencia,
juego un rompecabezas.
Me agoto de buscarte
y me canso de extrañarte.

Me escondo en los tesoros del hartazgo,
me encuentro en las sonrisas
de tu cuerpo sin regazo.

Te busco en la insolencia
de las noches sin pastillas.
Indago tu estadía,
tus horas de delicia.

Añoro la vergüenza de tenerte
y me escabullo en los laberintos
de mi mente.

Te amo con locura trastornada,
te busco hasta en las hojas de las ramas.
Te espero con silencio disidente,
diverjo en los latidos de un demente.

Me acuerdo de los días de destino,
discrepo con la vida sin sentido.
Anhelo tus secretos más sencillos
y estallo en un lamento conocido.

Espero tu sonrisa en la ventana
y empeño mi coherencia destilada.

martes, 27 de mayo de 2008

UN SIN FIN DE COSAS - febrero 2008

Tengo un hijo que es un perro. Es mi hijo, pero es perro.
Tengo un duende en una almohada y una flor en la ventana.
Tengo ganas de perderte, desterrarte de mi mente.
Incluso, a veces, tengo necesidad de muerte.

Tengo rosas en el alma y rimel en las pestañas.
Tengo un árbol de cerezo y la piel llena de besos.
Tengo ganas de llorarte, de escupirte, de asfixiarte.
Incluso, a veces, tengo necesidad de odiarte.

Tengo un avión en la ruta y el corazón lleno de viruta.
Tengo un mundo de lamentos, de cenizas y de afectos.
Tengo ganas de olvidarte y remedios para darte.
Incluso, a veces, tengo necesidad de ir a buscarte.

Tengo un proyecto de vida en el que nunca participaste.
Tengo una alianza atiborrada de diamantes.
Tengo ganas de llamarte pero sólo para sacrificarte.
Incluso, a veces, tengo necesidad de necesitarte.

SIN MAS ESPERAS - enero 2008

La soledad se me convierte en ingrata mientras mi lucidez escapa por las ventanas. Dejarte no fue simple ni sencillo pero pensarte se transformó en inhumano e impreciso.
Me hubiese gustado regalarte mis oídos, decir tres palabras más de las que dije o resolver el intrincado acueducto de tu mundo sin razón y sin motivo. Pero era innecesario repetir lo mismo hasta el cansancio sin que lo entendieras; era redundante intentar dilucidar tus frágiles tormentas. Y mi cuerpo ya estaba agotado de esperarte, de creer que la evolución en vos era inevitable.
Me hubiese gustado que dejaras la ironía para otro día, que preguntaras porqué o que respondieras tirando la llave de nuestra puerta hacia el infinito de tu basura cotidiana. Me hubiera encantado que no intentaras brindar por mi inminente despedida. O, mejor aún, que hicieras inminente mi regreso hacia el recoveco de tu vida.
Habría hecho el esfuerzo una vez más, pero dejaste mi partida servida sobre la mesa. Dejaste que hiciera la valija y cerrara la puerta, dejando que escapara de tu risa saturada, huyendo de la estela de tu alma.
Hoy, la soledad se convierte en ingrata y la lucidez se fuga en mi ventana. Hoy, a la sonrisa cuesta fabricarla. Pero, lamentablemente, no puedo más que decir gracias.

FRACTURADOS - enero 2008


La esquizofrenia de tus sueños
palpitaba en nuestro nido
y el fulgor de mi inocencia
se fundía en la derrota
de unos mínimos latidos.

Te adueñaste de un par de miedos
que agonizaron sin sentido,
devastando la osadía de perderte,
demoliendo por completo los sentidos.

La demencia de tus palabras
fue desmantelando, poco a poco,
a la coherencia del descuido
y el sudor de tus desgracias
fue cubriéndose de olvido.

Cada uno de tus pasos
fue premeditado y obstruido,
cada uno de mis sueños
fue muriendo con atino.
Cada una de tus voces
asimiló que te perdías
y cada pesadilla
lo demostró en cada agonía.

Cubriste de silencios
la casa y las esquinas.
Abrigaste mi decencia
en la telaraña de tu ira.

Es sólo desconsuelo
lo que ahora me cobija.
Es sólo tu desdicha
lo que ahora se desliza.