miércoles, 4 de junio de 2008

LETRAS COMO PASTILLAS


Me masturbo con tu esencia,
con un halo de luz
que divaga en la ventana
y me inclino hacia tus ganas
que no implican mi amalgama.
Y me embrollo con tu rollo
y te espero ya incendiada.
Me suicido con tus manos
y me agoto de llamarlas.

Te enhebro a mi silencio
y enloquezco mi cerebro.
Es quietud lo que sucede,
se desliza por mi mente.
Se percibe divergente,
se tortura en la insana
costumbre de no verte.

Me descubre en la cocina
desmembrando valentías
y se torna diligente
como en una pesadilla de pastillas
que no mienten,
que adulteran el disgusto
de lo justo que no es justo,
asomando monerías
en un circo sin medida,
en un cuento que no acaba,
en la vida que resbala.

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