viernes, 6 de junio de 2008

COMO HUMO EN UNA CAJA


Ocupado en el letargo de tus manos,
te encontraste con mis ojos distraídos.

Te adueñaste de mis únicos latidos
y olvidaste mantenerme los sentidos.

Igualmente te apropiaste
de mi tiempo sin sentido.

Y a la vez…
equivocaste mi camino.

De haberlo sabido,
esquivaba el laberinto.

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