sábado, 28 de junio de 2008

DRUG MUSIC


Mi piel, adicta como nunca, se expande en las sombras de mi cuerpo, se ensancha y engrandece, se propaga hasta los labios de mi mente. Y se convierte en chicle, en una dopamina, se estira y no entorpece, trasciende lo incoherente. Irradia luz, pervierte y mis dedos, cual arañas, se trepan a unos brazos al ritmo de esa luz que no nos miente.
Sentir se hace fácil, mis yemas lo agradecen, los labios sin sentido, se pegan como siempre, se tocan, se acarician, se suman a un millar de labios que presienten, que palpan, que deslizan, se deslizan por la luminosidad de unas mejillas, que obsequian, estructuran, equilibran el sabor que hay en la luna.
Mis poros se convierten en miles de manos ya incendiadas, en manos que difunden y que invocan, la voz de lo que escuchan, el sonido que no acaba. Miles de manos y dedos que se prenden, se calcinan en una maroma de sentidos, de ondas que persisten y más dedos distraídos, la dermis que florece y el compás en mis oídos.

viernes, 27 de junio de 2008

DEL OTRO LADO


El mundo en mi puño
se llena de vida,
se expande, engrandece,
mis alas se propagan
dentro de tu vigilia.

Tus vuelos porosos
rozando mis mejillas
y todo es atino
mezclándose en mis días.

Se amplía el horizonte
y el camino se ilumina.
Vos no estás,
yo no te siento
y sin embargo,
me enaltece tu energía.

Cruzando el abismo
se encuentran otros días,
estimulando sensaciones
de grandeza, socavando
el arrojo de otras vidas.

El universo entre mis manos
ennoblece la lejanía
y mis piélagos recuerdos
manosean la ambición
de tus caricias.

sábado, 21 de junio de 2008

METAMORFOSIS



Viejas vanaglorias
que fueron el júbilo de días
y más días de gozo y alegría;
mudan en mortificantes pesadillas
quitándome la vida,
se vuelven como sombras
que torturan al silencio
convirtiéndose en luces mortecinas
que nada concretan
pero todo lo revelan.

Mi más íntima inmodestia
se juega un ajedrez
con la soledad de tu recuerdo
en un despoblado ambiente
que todo lo pervierte
y mis dedos estrellados
de la falta de contacto
se desgarran en la dicotomía
de tu falta sin medida.

El retraso
de mis brazos destrozados
asesina la memoria de lo insano
y mis ojos alienados
alucinan con la pronta
demora de tus manos,
con tus labios
que no desaparecen
y mis labios
que mueren bifurcados.

jueves, 19 de junio de 2008

MÁS QUE CIEGA, ENCANDILADA

Alucinando en un mundo sin sentido,
de vértebras coherentes y ranas inherentes,
me topo con un topo de ritmos ortodoxos,
de voces desquiciadas y rimas perpetuadas.
Mi alma se desangra oyendo tus palabras,
mis manos que no paran
te anuncian la luz de mis mañanas,
de risas trasnochadas y fluorescencias
que se esconden derramadas.

Los poros de mi piel,
ya oxidados y vacíos,
se encuentran en tu cuerpo
y no en el mío.

Las coplas de un futuro que no llega
y unos huesos fracturados de indecencia
se suman al cansancio de perderte,
de verte esfumar entre la gente,
en las garras de mi voz condescendiente,
en las fauces de una bestia
que habita en mi mente.

Y vos, tan indulgente y flexible como siempre,
arrancás en mí sonrisas que pervierten,
que innatas y estridentes
se estallan en los huecos de mi alma saturada de pendientes,
colmada de la prosa de un demente,
de frases casi hechas, de rimas
que descansan en los hilos de mis dedos distraídos
y en los ojos de una luna disidente.

Los poros de mi piel,
ya oxidados y vacíos,
se encuentran en tu cuerpo
y no en el mío.

domingo, 15 de junio de 2008

CRAVING YOU


Puedo mentirme implacablemente. Puedo, incluso, mentirte a vos… Pero te extraño, y se me impone como una realidad que sé que, aunque inconsciente, no me permito. Y es entonces, cuando mi mente juega con mi subconsciente, cuando mi futuro se disputa una escondida con tu ausencia que me encuentra, sin embargo, aunque cuente hasta el hartazgo.
Y es así como te miento y te alejo con mentiras, te envuelvo en mi terapia resistiva y te muestro a una persona que no existe, que ni siquiera se asemeja a lo que soy o lo que siento, pero me sirve. Si hay algo que tengo sumamente controlado es la defensa de mi propio imperio. Una mañana cerré las puertas de mi mundo y me interné en el desierto de mis manos.
Ahora paso las noches soñando océanos revueltos y barcos que se pierden en el puerto de tus labios mientras veo como me ahogo en los confusos abismos de tus dedos con retraso, de palabras que no llegan, de abrazos que nunca fueron dados. No obstante, tu sonrisa me sigue llamando, me busca, me aniquila, me atrae hacia tu boca que, imprecisa, me deja sin respuestas y con este sentimiento del cual no quiero hacerme cargo.
Porque igual no me hago cargo, igual que vos que abandonás la réplica sin apagar la vela. Mejor soplá ahora… soplá rápido porque te extraño.

jueves, 12 de junio de 2008

UN MINUTO DE SILENCIO - febrero 2008


Tengo una flor en un barco y una luz en el cuarto que me permiten seguir. Tengo una cuenta en el banco y un letrero que dice alto para cuando me quieren seducir. Un jardín de amapolas y una risa boba son los que hasta ahora me ayudan a vivir.

Vivo en una casa sin cuartos con un baño de 2 x 4 para sentirme feliz. Y guardo una pava y un mate en un cajón de tomates para reírme de mí. Hasta me compré un perrito idólatra para sentirme adorada y una lluvia que no acaba por si quiero chapotear en las mañanas.

Tengo un par de fantasmas con los que juego a las cartas cada vez que te vas. Tengo amores de verano y una estrella entre las manos por si vos no regresás; una botella de fernet en la heladera y una amiga araña para cuando te quiero llorar.

Además, tengo tu risa de mimbre y tus ojos de lince en la mesita de atrás. Y conseguí una jarra de cielo para ir acumulando sueños cada vez que llamás, una caja de amianto y un souvenir de Esperanto que me trajeron en mayo para extrañarte aún más. Una posesión de ratas que juegan entre las ramas de tu hermoso pedestal y un camioncito con brasas para quemarte las ganas de volverme a dejar.

Incluso, hasta adquirí una pala para volverte a enterrar.

lunes, 9 de junio de 2008

FREEDOM


Tus propias decisiones te atan o te liberan, o incluso, te atan y te liberan al mismo tiempo. El hecho mismo de poder decidir se convierte en algo sumamente liberador que te rescata de las garras de lo irresoluble para abrirte el pecho de par en par y mostrarte a la libertad en su máxima expresión. Pero las sentencias determinadas en nuestra vida también nos encadenan. Nos enlazan a personas o nos retienen en lugares acordados.
Lo más trascendental, y lo que me trae a esta cuestión, son aquellas decisiones que nos liberan por completo, que convierten nuestra vida en algo cabalmente distinto casi como independizándonos de nosotros mismos, del destino que trazamos hasta ese momento, desvinculándonos, en verdad, de eso que llamamos nuestra propia vida.
Y lo valioso de ese único e insuperable momento es ese sentimiento de autonomía absoluta que colma el alma, el corazón, la psiquis y hasta la cordura. La mínima posibilidad de rediseñarnos nos llena de regocijo, el deber de empezar de nuevo nos abre ante nuestros ojos un abanico de caminos insospechados que, aunque nos paralice de miedo, nos hace sentir más vivos que en nuestro propio recuerdo.
En cierto modo nos atamos, quizás, a la horrible sensación de fracaso, al inaudito ojo ajeno que nos mira con el recelo que conlleva el ya haber decidido y haberse equivocado. Pero, de todas formas, la libertad se hace presente. Digan lo que digan por detrás tuyo, vos tenés nuevamente las riendas de tu vida. Probablemente (y porque es mi caso), ya no tengas marido o casa o vaya dios a saber cuántas cosas, pero sí tenés un futuro (ahora incierto) que YA mismo podés empezar a dibujar, sin pensar en nada ni nadie más que en vos. Y si a los 30 eso no es liberador… ¿qué lo es?
Ahora bien, ya estás en la etapa en que el fracaso y la decepción te importan poco y nada, ya te sentiste libre y dueño hasta de tu razonamiento; ahora te queda empezar a decidir de nuevo, de cero, y con el grato sabor de todas las cosas que tenés a favor después de tantos años de experiencia, de años acumulados de estudio y atesorados en distintos trabajos. Ahora sí, tenés el mundo a tus pies y podés elegir el camino que quieras...

Quizás la libertad sea un manjar que se disfruta mucho más siendo adulto.

domingo, 8 de junio de 2008

MI MECANO

La Relatividad de Escher

Justo esa mañana, esa y no otra, que amanecés completamente convencido de que tu vida (fuera de algún que otro detalle) no podría ser más perfecta, prolija y soñada de lo que es. Justo ese bendito día en que creés que prácticamente todo lo que existe en tu vida, calza a la perfección por más mecano de mil piezas que sea. Justo ese día y no otro, una de las piezas se cae al vacío desestructurando toda tu fisonomía, tu desierto con oasis, tu minucioso laberinto de azahares. Y el vacío, ese mismo hueco oscuro en el cae la pieza hacia el infinito, se presenta ante tus ojos volviéndote la mirada hacia tu implacable soledad, esa de la que te jactás, esa que a veces es amiga y a veces es enferma. La misma soledad que venís alabando hace tiempo, la misma con la que soñás hace años, se exhibe ante vos con un puñal de victoria que ni siquiera vos mismo podés entender. Porque en ese momento, sólo en ese preciso instante, duele, te cala hondo, te corroe como si pudiera derretirse ante tus ojos y convertirse en ácido, en el veneno que recorre tus venas, en la daga que derramará tu sangre precisa pero lentamente.
En verdad, no es tan grave, sólo implicaba un minuto de compañía al día… ni siquiera al día. Pero era EL minuto en el que estabas acompañado. Ese rato en que tu vaso no era el único, ni tampoco tu risa, ni únicas tus manos. Era ese minuto de distracción que te hacía falta para terminar el rompecabezas de tu vida perfecta.
Y ahora falta una pieza… la pieza de las cosas compartidas, las necesidades sostenidas y sobre todo y ante todo, la pieza de la risa, esa que tanta falta te hacía.

sábado, 7 de junio de 2008

INENTENDIBLE


Confundida me hallo en tu regazo, complicada me encuentro con tus manos, con deseos que no desaparecen, fantasías que se hallan divergentes, que reducen a la vida en un silencio de dedos que aniquilan, de voces que se chocan, de ojos que me miran, ojos que se funden con mis ojos como si pudieran verme el alma, como si me reconocieran, buscando la esencia de mi sombra, de unos besos que parece no aterrizan.
Entonces si te toco, la química estalla sin decoro, con luces que pervierten, con viajes de tu mente, con frases que no digo y que no te repito, con frases que decís y que me repetís. Y todo sin que vengas, ni llames, ni aparezcas. Y todo con tormentas, con dudas que amilanan, indecisiones que no entiendo como si fueran de otro tiempo, de gente que no explica, de ojos que no miran.
Y no te reconozco, ni se si te conozco…
Pretendo reencontrarte, asirme a tu vida tan sólo un instante, un único momento que me permita perderme en la línea de tu cuerpo, aferrarme a tu indecencia, hacer el recorrido de tus venas, que beses mi estandarte, mi halo contrariado como si pudiera estallar la química en tus manos… y en las mías, generar milagros de vigilia.

viernes, 6 de junio de 2008

MI PROPIA CAZA

Con los pies cansados de tanto andar y las manos entrelazadas de pavor, reposo mis oídos en un mar de nidos y busco con los ojos la luz de tanto ruido.
No siento que reviente en el esternón pero entiendo que el lamento de un fracaso colapsado, abandonado en el subsuelo del rechazo, me carcome el alma, se la devora como si pudiera hacer papilla toda mi filosofía, mis ganas de curarme, mi falta de pastillas.
Y entonces, cual araña, fabrico mi propia telaraña. Pasito a paso voy deslizando tela y la tejo con cuidado y a mi manera. E invento vanidades y coso enfermedades mientras mi pequeña telaraña se hace grande y cubre habitaciones con ánimo expectante.
Ya ni siquiera duermo para seguir tejiendo, me puse laboriosa, me siento casi diosa. Y mi tejido crece, recubre las paredes, ya casi me rebalsa, se sube hasta mi cama.
Mi cuerpo se transforma en la presa de la araña.

COMO HUMO EN UNA CAJA


Ocupado en el letargo de tus manos,
te encontraste con mis ojos distraídos.

Te adueñaste de mis únicos latidos
y olvidaste mantenerme los sentidos.

Igualmente te apropiaste
de mi tiempo sin sentido.

Y a la vez…
equivocaste mi camino.

De haberlo sabido,
esquivaba el laberinto.

miércoles, 4 de junio de 2008

LETRAS COMO PASTILLAS


Me masturbo con tu esencia,
con un halo de luz
que divaga en la ventana
y me inclino hacia tus ganas
que no implican mi amalgama.
Y me embrollo con tu rollo
y te espero ya incendiada.
Me suicido con tus manos
y me agoto de llamarlas.

Te enhebro a mi silencio
y enloquezco mi cerebro.
Es quietud lo que sucede,
se desliza por mi mente.
Se percibe divergente,
se tortura en la insana
costumbre de no verte.

Me descubre en la cocina
desmembrando valentías
y se torna diligente
como en una pesadilla de pastillas
que no mienten,
que adulteran el disgusto
de lo justo que no es justo,
asomando monerías
en un circo sin medida,
en un cuento que no acaba,
en la vida que resbala.

martes, 3 de junio de 2008

SI SUPIERA DE VOS


Si te suicidaras, me aniquilarías. Si tan sólo pensaras por un único momento, un segundo en la línea de este tiempo, en asesinar tu vida esquiva… en realmente esquiva transformarías la mía.
Si por un minuto creyeras que es mejor morir ahora que de viejo, el órgano muscular que se une de pasión con mi ventrículo derecho se ahogaría en la tristeza de mis días. Días que se harían interminables, llenos de un dolor perpetuo que no controlaría.
Si lo hicieras, si tan sólo creyeras que es potable la idea, mi voz moriría en agonía. Mi llanto se convertiría en lamento aceitado de pena sin vigilia, mi súplica inherente me auto sacrificaría.
Si decidieras sucumbir, fallecer de amargura, de querella oportuna, el día se convertiría en noche y la noche en insomnio de duda; la sonrisa sudaría sangre y mi vida destrozada moriría del calambre.
Así que no te mueras… que no te sepa vivo no es excusa suficiente.

lunes, 2 de junio de 2008

EL TIEMPO, JUANA, VOS Y YO


Otro mes que se escapa, se escabulle de las fauces del tiempo como si pudiera esfumarse incluso del recuerdo y se diluyen los días como si pudieran deslizarse mis ideas de experiencia saturada de más días, dejándome esa sensación casi hostigante de manos derretidas, de cosas que no pasan, de formas que alucinan. Y otra vez, me siento a escribir, a golpear presurosa las letras de un teclado que conoce mis secretos y los calla por respeto. Una vez más, me quedo en silencio conmigo misma, intentando ubicar a la prosa que me fascina, que me envuelve con su halo de nostalgia contenida, de mensajes que no llegan, de apetitos que me guían.
Y entonces freno, me fumo mi conciencia y aspiro a la osadía de perderla. Y escupo el aire como de una catapulta y apago interruptores con dedos de viruta. Me inclino a la poesía y la filosofía mientras pienso que Sofía se figura en la cocina.
Entonces, me sonrío y el perro que no para, me saca del delirio. Delirio que rehúso como si pudiera extirparlo con un huso, con ojos que se cierran y venas que no tiemblan, con brisas que no llegan y llantos que acribillan.
Hasta lo leo con melancolía, con prisas que desmayan o rimas que aniquilan. Y escupo el aire como de una catapulta, con ruidos que desangran, con besos que engalanan. Y me rasguño el cuerpo y río comedida, y viajo por el mundo con ganas de otro día. Con sueños que no acaban, con dedos que no siembran, con uñas de ceniza, con una Monalisa. Quimera que rehúso con manos en desuso, con uñas de tormenta, con llanos que amedrentan.
Y entonces freno y me fumo, esta vez, tu conciencia, aspiro a la osadía de obtenerla. Salivo al aire en artilugio de desaire y ubico en la memoria a la sombra de tus ojos escondidos que con sus luminarias encienden en mi alma un mar de explicaciones sin sentido. Y sigo suspirando de delirio, de risas que no desaparecen, de luces que acicalan al destino.
Una vez más, salivo al aire en plena grosería y alucino en el periplo de tus manos sin medida.

domingo, 1 de junio de 2008

LONELY HEARTS


Incluso los que veneramos a la soledad bajo el viejo emblema de que mejor solos que mal acompañados sumado a la indiscutible realidad de que, en verdad, no nos sentimos solos. Incluso nosotros, a veces nos sentimos desolados, abandonados en algún recoveco de nuestra propia reclusión de paredes anchas y largas, envueltos en un encierro forzoso disfrazado de cosas encarecidamente más interesantes que hacer.
Y hoy, esta noche, es exactamente así como me siento. No estoy desestimando al atractivo de mi propia vida que bastante buena es. Simplemente, hoy no tengo nada interesante para hacer. Hoy me siento sola, aburrida, vacía y deprimida. Pero, obviamente, es algo que jamás diría.
Mi vida solitaria es algo que cualquiera envidiaría, algo que, aquellos que se perciben ahorcados, cercados siempre dentro de la misma rueda, anhelan, desean y aspiran. Lo cual me hace sentir un poco más interesante y divertida pero no me concibe acompañada, no me permite ningún tipo de contacto físico con un “otro” ni una risa compartida. No se desliza ninguna charla irrelevante y la única copa de la mesa es la mía.
Es entonces, supongo, cuando los solos comenzamos a gestar la idea de que la soledad es mala consejera. Dato que es completamente incierto, poco sugestivo y para nada expiatorio. ¿Porqué la soledad, la bendita soledad, podría aconsejarnos equivocadamente si siquiera tiene entidad propia? Sin embargo, nuestra admirable parte cognitiva se las arregla para que el sentimiento de abandono surja como de entre las cenizas y uno no pueda más que sentirse solo, cansado, perdidamente seco y desamparado. Y es precisamente en ese instante, cuando los solos ambicionamos la vida de los otros: los acompañados, esos que son capaces de agotarse escuchando siempre la misma música o las mismas charlas, esos que terminan siempre en el mismo par de brazos, besando a diario los mismos labios, yendo persistentemente a idénticos lugares con la misma persona que hace vaya dios a saber cuanto. Un milimétrico segundo en el que codiciamos la rutina de los otros, esos que nunca están solos, como si la soledad, la sagrada soledad, ya no fuera bastante compañía. Porque no lo es, mi mente es suficientemente frondosa, pero no siempre es suficiente. Mi pequeño mundo de libros, clases, cine y escritura no alcanza para cubrir el hueco en el desierto. Mi basto imperio de mi propio yo no siempre me cobija del vacío aunque me siente a escribir y me auto acompañe con mis oportunos pensamientos. Y entonces me vuelvo a sentir interesante… y ridícula, a la vez. Inevitablemente ridícula.